FRANS MASEREEL


Nacido en Bélgica el 30 de julio de 1889, Frans Masereel es un artista de familia burguesa. Estudió en la Academia de Bellas Artes de la ciudad de Gante. Es influenciado por su maestro de dibujo Jean Delvin y por las caricaturas de la revista francesa L'Assiete au Beurre.
En 1911 se establece como artista-pintor en París.
"Pinté todo el día, de la mañana a la noche, en la calle, en las bancas, dibujaría donde fuera, sin mostrar jamás el resultado final".

También destacan: Un fait divers (1920), Souvenirs de mon pays (1921) y La Cité (1925).
Muere el 3 de enero de 1972 en Avignon, Francia, después de haber permanecido al sur del mismo país por muchos años. Es importante su influencia sobre los grabadores mexicanos del Taller de Gráfica Popular, fundado en 1937, quienes por medio del arte fomentaban causas sociales revolucionaras. Además, influyó sobre la escuela de grabadores argentinos.
En cuanto a su técnica, Masereel fue uno de los más importantes creadores en el campo de la xilografía, en blanco y negro. Sobre esta técnica, él dijo:
"Es simple, ya que sólo se necesitan unos cuantos utensilios – gubia, buril, cuchillo – y un bloque de madera. Es honesto ya que uno es incapaz de volverlo a trabajar, embellecer, encubrir, o conjurar. Por último, es directo porque instantáneamente fascina al espectador con la interacción de blanco y negro".
En su obra, trata temas de interés social, realiza críticas a la guerra, a las injusticias y las desigualdades. Producto de su naciente pacifismo en tiempos violentos.
Cat on Steps La Ciudad
Su trabajo en general me comunica un profundo rechazo a la sociedad que veía y vivía Masereel, la plasmaba y al, mismo tiempo, criticaba. Su crítica se plasma en los rostros y cuerpos de las víctimas, en sus desenlaces, en los villanos. Villanos que son personas que podrían ser reales. Son personajes simples, que parecieran normales y que, sin embargo, nos muestran un lado crudo y oscuro de la realidad.
A pesar de que los contextos son distintos, la obra de Masereel, la de Gabriela Jolowics y la de Peeter Allik son similares al reflejar la realidad que ven. Aunque, Allik y Masereel son más cercanos en el sentido en que la realidad que reflejan es la más triste y doliente. No se ponen censura y critican aquello que consideran denunciable. En sus estilos, los tres son distintos, pero eso hace que su obra sea asociada a su artista y funciona bien con lo que quieren comunicar.
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